Bueno, vamos por partes.
Antes que nada, gracias por leer el artículo.
Ahora, un par de aclaraciones. En primer lugar, la cuestión de los nacionalismos en España es demasiado amplia. No se pretende de ninguna manera dar cuenta de un tema tan amplio y profundo en estas pocas líneas, sino solamente una introducción para dar un marco y/o contexto a lo sucedido antes de la final de la Copa del Rey.
Luego, en ningún momento se justificó a quienes abuchearon a los Reyes ni a quienes silbaron (pitaron) la Marcha Real, así como tampoco se dio a entender que los jugadores, sea cual fuera su nacionalidad, faltaron el respeto a la figura del Rey o al Himno Nacional de España.
Que la mayoría de los que asistieron al partido (por no decir casi todos) hayan silbado y abucheado estos dos símbolos nacionales es un hecho. Que esté bien o esté mal, es otra cuestión que no se pretendió analizar acá. Los elementos, datos y argumentos que se expusieron en el artículo simplemente dan cuenta de una situación curiosa, intentan explicar la causa del comportamiento de los hinchas presentes en el estadio y sirven para comprender tal vez sus razones (valederas o no, no es motivo de discusión en este espacio, al menos por ahora), para quién no entienda porqué hinchas nacidos en España, a punto de ver en un estadio en España una final de un torneo español entre dos equipos españoles, silban el Himno Nacional de España y abuchean a los Reyes de España. No sé si es motivo de escándalo, pero al menos es curioso.
En Argentina, y en muchos otros países se silba el himno del equipo contrario. Si está bien o está mal no viene al caso. Nadie puede olvidarse de lo sucedido en el Estadio Olímpico de Roma en la final del Mundial 90: cuando se escuchó el Himno Nacional Argentino, el 90% del público lo silbó y abucheó. Vergonzoso, una total falta de respeto injustificable, pero entendible sabiendo que Argentina y Maradona habían dejado atrás a la mismísima selección local unos días antes.
Se trata siempre de comprender el porqué y las razones por las cuáles la gente actúa o deja de actuar de una determinada manera. No es el objetivo justificar, ni validar tales acciones u omisiones. Repito: tratar de entender el por qué, las causas.
No tiene ningún sentido aportar que de los 28 jugadores del encuentro, 21 son españoles, y decir que varios de ellos defendieron a muerte los colores españoles en competiciones pasadas y que lo harán en tanto sean convocados para jugar en la Selección Española. Cuestionar porqué jugadores catalanes y vascos participan de la Copa del Rey o la Liga española está fuera de lugar. La ironía tampoco tiene sentido ya que nunca se puso siquiera a consideración la cuestión nacionalista y/o separatista desde el lado de los jugadores ni se los cuestionó ni emitió opinión acerca de ellos en ningún momento. Suponemos que estos mismos jugadores defienden a muerte la Roja y gozan cuando les toca jugar en la Selección Española.
De la misma manera, los hinchas vascos y catalanes que silbaron y abuchearon al Himno, en su amplia mayoría gritan los goles de Raúl, Torres, Villa o Etxeberria cuando visten la casaca nacional.
La Marcha Real posee una particularidad: es uno de los pocos himnos nacionales que no tiene letra oficial. Como no se canta, entonces simplemente se escucha, en silencio. Pero que la mayoría de los 22 jugadores que estaban de pie en el centro del estadio lo escucharon con indiferencia también es un hecho y las cámaras (lo poco que pudo verse) lo demostraron. Se les veía en sus rostros. Tal vez me equivoque, pero no recuerdo haber visto a Puyol, Xavi, Toquero o Yaspe con la mano en el corazón ni la mirada en alto con orgullo, cuando se escuchó el Himno, como sí lo harían si pasaran el himno vasco o catalán.
La Copa de Su Majestad El Rey no se llama de esa manera simplemente porque España es un reino, una monarquía parlamentaria. El Reino Unido también es una monarquía y su copa no se llama Copa de la Reina, sino F.A. Cup (Football Association Cup). El torneo más antiguo de España tiene ese nombre porque el Rey fue quién donó la primera copa para la primera edición de un campeonato nacional realizado debido al éxito obtenido en el torneo disputado el año anterior para festejar la mayoría de edad del Rey Alfonso XIII. Si la Copa del Rey no es una manera de homenajear al Rey y lo que él significa para su pueblo (imagen, unidad, identidad) ¿por qué asisten los monarcas a la final? ¿Por qué volvieron a ponerle ese nombre en 1977, luego de 46 años, cuando se restauró la monarquía en España? Decir lo que representa la Copa del Rey no es mezclar política con deporte, y mucho más en un país como España donde el Rey no suele meterse en cuestiones políticas, sino que es una figura decorativa que no aporta mucho ni influye demasiado en las decisiones de gobierno.
Con respecto al 3er club más grande de España. El Atlético de Madrid tiene 9 Ligas, 9 Copas del Rey y se ubica en el quinto puesto de la tabla general de posiciones. El Athletic de Bilbao posee 8 Ligas y 23 Copas del Rey, se ubica tercero en la tabla general histórica, y junto al Barcelona y al Real Madrid, son los únicos 3 clubes que participaron de todos los torneos de Primera División de España sin descender nunca de categoría.
Agradezco los aportes y comentarios, pero quienes los hicieron no me conocen como para decretar que mi “visión” de este tema es “desde afuera” y que soy “ajeno” a la cuestión. Soy argentino, sí. Y vivo en Argentina. Pero ninguno sabe si viví o no en España, ni por cuánto tiempo, ni en qué ciudades. No saben lo que estudio, ni si me especializo en política española, fútbol español o física nuclear (¿?). No están al tanto acerca de mis orígenes, ni saben si tengo parientes o amigos españoles ni con qué frecuencia hablo de estos temas con catalanes, vascos, gallegos, valencianos, andaluces o madrileños. Si para hablar u opinar de un tema hay que hacerlo “desde adentro” pues entonces nadie podría hablar acerca del Imperio Romano, las Guerras Napoleónicas o la civilización Maya porque nadie de nuestra generación las vivió “desde adentro”. Para eso existen libros, diarios, artículos y muchísimos otros recursos. Quien me dice que soy “ajeno” al tema prejuzga y supone que no leí, no me informé, no investigué, no viajé, no viví.
Conozco catalanes y vascos que se sienten insultados si se los llama “españoles”, que viven con mucha más pasión un partido del Barcelona o de la Selección de Catalunya que de la española. Conozco catalanes que ni han visto los partidos de España en la pasada Eurocopa y que a pesar de haberse puesto contentos con la victoria, no salieron a festejar. Por más que estén en España, basta con observar cómo hasta los simples carteles de direcciones en las rutas de Catalunya, por ejemplo, están “intervenidos” con aerosol para cambiar alguna leyenda escrita en castellano al catalán. No es un ejemplo menor. La lengua es uno de los símbolos más poderosos de unidad de un pueblo y diferenciación con el otro. Por más que sean españoles, los nacidos en el País Vasco y en Catalunya se llaman a sí mismos vascos y catalanes antes que españoles. Y esto es un hecho. Lo que hagan los políticos y los grupos separatistas, no viene al caso. Es sabido y demasiado obvio que a ninguna comunidad autónoma le conviene separarse, ni sobreviviría mucho tiempo separada de España, principalmente porque de hacerlo, existe una cláusula que les prohíbe ingresar a la Comunidad Europea. Pero no todo es “cosa de boquilla” ni todos “sólo ladran”. Es verdad que muchos, la mayoría de los vascos (acá sí que no tengo datos precisos pero supongo que casi todos), no está de acuerdo con los procedimientos de la ETA, pero los atentados y actos terroristas son reales. Ya lo sabemos, lo saben ellos y repito por si no quedó claro: no les conviene separarse. La cuestión central, a mi entender, apunta a una cuestión fiscal, de impuestos. El País Vasco ha logrado mucha más independencia que Catalunya en ese aspecto. Formar un país aparte, una nación totalmente independiente de España, libre y soberana no creo que esté en la agenda de nadie.
Gracias.