4.8.08

El ángel de la bicicleta

"El trabajo de una hormiga quizás pase desapercibido. Pero dos, tres o cuatro ya van haciendo un camino, y muchas miles juntas tienen más fuerza que un elefante."

Claudio Pocho Lepratti trabajaba como auxiliar de cocina en el comedor de la escuela número 756 "José M. Serrano" de Las Flores, una de las zonas más afectadas por la desocupación y la pobreza de Rosario. Todos los días se trasladaba a la escuela en bicicleta desde Ludueña, otro barrio humilde de la periferia de Rosario, donde se había instalado para trabajar en comedores populares y docencia solidaria desde su llegada a la metrópoli santafesina. El Pocho estaba comprometido de lleno en la lucha contra la exclusión social. Así abrió y coordinó talleres participativos de formación y aprendizaje, siempre a favor de la educación popular. Creó alrededor de diez grupos juveniles, a partir de los cuales abordó y difundió temáticas vinculadas al VIH, salud mental, trabajo infantil y derechos humanos. También impulsó la apertura de talleres de guitarra y organizó campamentos. A los 24 años fundó la agrupación conocida como "La Vagancia", que aglutinó una gran cantidad de jóvenes del barrio orientados a desarrollar diversas actividades, un espacio de organización juvenil dispuesto a reivindicar y defender los derechos de los mismos jóvenes. El grupo solía organizar actividades de cultura popular y música en los espacios públicos, y junto a sus integrantes Pocho se acercó al Centro de la Juventud de la Municipalidad, donde coordinó talleres y organizó cine debate, entre muchas otras actividades, con el objetivo de rescatar la propia historia y la dignidad de estos jóvenes.


El 19 de diciembre de 2001 el (des)gobierno nacional de Fernando de la Rua ordenó reprimir las manifestaciones que se estaban dando en diferentes partes del país. La orden fue acatada por el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann. Al sentir los disparos de la policía contra la gente que se encontraba marchando, el Pocho subió al techo del comedor a intentar frenar la represión sin más armas que su voz. Al ver pasar un móvil policial disparando, el Pocho pidió a los gritos que no disparen, que allí sólo había chicos comiendo, que las balas podrían alcanzarlos. El patrullero frenó. Dos uniformados se bajaron y dispararon con balas de plomo contra Lepratti. Una bala atravesó la tráquea del Pocho y lo tumbó hacia atrás. Luego de los disparos, los policías abandonaron el lugar sin atender los reclamos de la gente que acompañaba a Lepratti, dejándolo desangrarse en el techo del comedor. Claudio Pocho Lepratti, de 35 años, murió ahí mismo.


Luego de la investigación, en la que los policías plantaron evidencia falsa (balas de goma), la Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial reconoció en un informe que "el asesinato del militante social Lepratti ocurrió fuera de la zona de saqueos y en los fondos de una escuela", y que "no se justifica haber efectuado los disparos reconocidos, aun en carácter intimidatorio".


Decían que Pocho y su bicicleta eran inseparables. De Ludueña al comedor y por todos los barrios humildes de Rosario, Lepratti pedaleaba incansable todos los días para mantener su compromiso y su lucha junto a la gente. Hoy, cientos de graffitis y pintadas lo recuerdan como el ángel de la bicicleta.




El ángel de la bicicleta
, canción compuesta por León Gieco en homenaje al Pocho.



Claudio Pocho Lepratti fue asesinado por la Policía de Santa Fe el 19 de diciembre de 2001, en la ciudad de Rosario. Pocho desarrollaba un trabajo de hormiga, repartiendo esperanza, amor fraternal y espíritu de lucha entre los menos favorecidos de esta sociedad. Fue esto lo que buscaron matar sus asesinos. Hoy las paredes de la ciudad proclaman "Pocho vive"mientras su recuerdo se expande y su ejemplo se multiplica.

Cambiamos ojos por cielo
Sus palabras tan dulces, tan claras
Cambiamos por truenos
Sacamos cuerpo, pusimos alas
Y ahora vemos una bicicleta alada, que viaja
Por las esquinas del barrio, por calles
Por las paredes de baño y cárceles
Bajen las armas!!! Que aquí solo hay pibes comiendo!!!

Cambiamos fe por lágrimas
Con qué libro se educó esta bestia
Con saña y sin alma
Dejamos ir a un ángel
Y nos queda esta mierda
Que nos mata sin importarle de donde venimos
Que hacemos, qué pensamos
Si somos obreros, curas o médicos
Bajen las armas!!! Que aquí solo hay pibes comiendo!!!

Cambiamos buenas por malas
Y al ángel de la bicicleta lo hicimos de lata
Felicidad por llanto
Ni la vida ni la muerte se rinden
Con cunas y cruces
Voy a cubrir tu lucha más que con flores
Voy a cuidar tu bondad más que con plegarias
Bajen las armas! Que aquí solo hay pibes comiendo!!!

Cambiamos ojos por cielo
Sus palabras tan dulces, tan claras
Cambiamos por truenos
Sacamos cuerpo, pusimos alas
Y ahora vemos una bicicleta alada, que viaja
Por las esquinas del barrio, por calles
Por las paredes de baño, y cárceles
Bajen las armas!!! Que aquí solo hay pibes comiendo!!!


* * *




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